domingo, 19 de junio de 2016

ADAPTACIONES Y RE-INVENCIONES

Como se mencionó en la actualidad existen diversas  versiones  del cuento de Caperucita Roja. Algunas no tienen autor y otras  son asignadas a   Charles Perrault  y  los Hermanos  Grim  pero guardan poca similitud con los textos originales.
Independientemente  de ello hoy  varios autores que  se suman al desafío de realizar otros cuentos diferentes evocando a Caperucita Roja, asumiendo su autoría. Estos son textos literarios y artísticos, que utilizan la intratextualidad  o la parodia, para ampliar las lecturas del relato. Donde tanto el texto como las ilustraciones se conjugan para aportar miles de interpretaciones posibles.

Analicemos  esta versión de Caperucita roja. “Caperucita Roja Tal Como Se La Contaron A Jorge” de Luis María Pescetti y con ilustraciones de O’Kif  (Alfaguara, Buenos Aires, 1996).




Esta es una versión original del cuento de Caperucita Roja, que si bien es una adaptación del cuento de los Hermanos Grim.  La imagen prima sobre el texto,  utilizando   el formato de las historietas para dar cuenta  de las diferentes representaciones que tienen el padre y el hijo de un mismo hecho.  Aquí el ilustrador  recurre a los tonos sepia para mostrar lo que se imagina el padre, (versión clásica del cuento),   y pone imágenes en  color para expresar las ideas del niño. (Visión moderna)
            El final nos sorprende y divierte  cuando  en el sándwich que le prepara el padre al hijo, el pequeño se imagina uno con el lobo adentro.  Aquí se ridiculiza  y se pone a prueba  el concepto de infancia ingenua y noble  ya que el  niño logra identificarse más con el villano de la historia que  con las víctimas.

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En el libro  Caperucita Roja, Verde, Amarilla, Azul y Blanca de Bruno Munari y Enrica     Agostinelli (Anaya, 1998) 




Dichos relatos    tienen sustento en la versión de los Hermanos Grim,  aquí lo  cambia es el entorno donde se desarrollan los hechos, y las diferentes apariencias que va  adoptando  el lobo  en  cada  escenario  que guarda estrecha relación con el color de la Caperucita en cuestión.



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En el cuento   Caperucita Del Noroeste de Walter Carzon Roberta Ianamico. Ed Albatros.  Es una nueva versión del cuento de los Hermanos Grim. 


La historia esta contextualizado en el Noroeste Argentino, más específicamente en la Quebrada de Humahuaca,    aquí se evoca  algunos  regionalismos y costumbres de  propios  cultura coya.   Asimismo  el uso de pictogramas facilita  a los niños participar  en la lectura del cuento.  


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Otra versión que podemos encontrar es Caperucita Roja la versión del lobo que ha sido extraída del libro “mediación educativa” de Sara Rozenblum de Horowiczde , como así también se puede encontrar la misma versión pero de autor anónimo o como una entrevista que le hace Andrés Ubierna con una selección de Conversar, de César Grinstein.en: http://andresubierna.com/2011/la-historia-de-caperucita-roja-contada-por-el-lobo/#ixzz4C3ceqUyh ,
              

Caperucita Roja –
 La versión del Lobo
El bosque era mi hogar. Yo vivía allí y me gustaba mucho. Siempre trataba de mantenerlo ordenado y limpio.
Un día soleado, mientras estaba recogiendo las basuras dejadas por unos turistas sentí pasos. Me escondí detrás de un árbol y vi venir una niña vestida en una forma muy divertida: toda de rojo y su cabeza cubierta, como si no quisieran que la vean. Andaba feliz y comenzó a cortar las flores de nuestro bosque, sin pedir permiso a nadie, quizás ni se le ocurrió que estas flores no le pertenecían. Naturalmente, me puse a investigar. Le pregunte quien era, de donde venía, a donde iba, a lo que ella me contesto, cantando y bailando, que iba a casa de su abuelita con una canasta para el almuerzo.
Me pareció una persona honesta, pero estaba en mi bosque cortando flores. De repente, sin ningún remordimiento, mató a un mosquito que volaba libremente, pues también el bosque era para el. Así que decidí darle una lección y enseñarle lo serio que es meterse en el bosque sin anunciarse antes y comenzar a maltratar a sus habitantes.
La dejé seguir su camino y corrí a la casa de la abuelita. Cuando llegue me abrió la puerta una simpática viejecita, le expliqué la situación. Y ella estuvo de acuerdo en que su nieta merecía una lección. La abuelita aceptó permanecer fuera de la vista hasta que yo la llamara y se escondió debajo de la cama.
Cuando llegó la niña la invite a entrar al dormitorio donde yo estaba acostado vestido con la ropa de la abuelita. La niña llegó sonrojada, y me dijo algo desagradable acerca de mis grandes orejas. He sido insultado antes, así que traté de ser amable y le dije que mis grandes orejas eran par oírla mejor.
Ahora bien me agradaba la niña y traté de prestarle atención, pero ella hizo otra observación insultante acerca de mis ojos saltones. Ustedes comprenderán que empecé a sentirme enojado. La niña tenía bonita apariencia pero empezaba a serme antipática. Sin embargo pensé que debía poner la otra mejilla y le dije que mis ojos me ayudaban para verla mejor. Pero su siguiente insulto sí me encolerizo. Siempre he tenido problemas con mis grandes y feos dientes y esa niña hizo un comentario realmente grosero.
 Sé que debí haberme controlado pero salté de la cama y le gruñí, enseñándole toda mi dentadura y diciéndole que eran así de grande para comerla mejor. Ahora, piensen Uds.: ningún lobo puede comerse a una niña. Todo el mundo lo sabe. Pero esa niña empezó a correr por toda la habitación gritando y yo corría atrás de ella tratando de calmarla. Como tenía puesta la ropa de la abuelita y me molestaba para correr, me la quité pero fue mucho peor. La niña gritó aún más. De repente la puerta se abrió y apareció un leñador con un hacha enorme y afilada. Yo lo mire y comprendí que corría peligro así que salté por la ventana y escape.
Me gustaría decirles que este es el final del cuento, pero desgraciadamente no es así. La abuelita jamás contó mi parte de la historia y no pasó mucho tiempo sin que se corriera la voz que yo era un lobo malo y peligroso. Todo el mundo comenzó a evitarme.
No se que le pasaría a esa niña antipática y vestida en forma tan rara, pero si les puedo decir que yo nunca pude contar mi versión. Ahora Ustedes ya lo saben.

En estas versiones el que cuenta la historia de lo sucedido es el lobo, donde sostiene  que  él no se quería comer a Caperucita, lo que deseaba era darle una lección a la niña porque  estaba cortando las flores del bosque donde él vivía,   al cual  cuidaba  porque era su hogar. En este relato lo que se intenta reflejar  es el otro lado de la historia y lo compartimos con ustedes porque creemos que nos trasmite  esto que siempre nos dicen desde chicos: “Debemos escuchar todas las campanas antes de opinar o juzgar”… ya que  siempre solemos escuchar la versión de Caperucita y  muy pocos conocen esta versión del lobo ¡Que lo disfruten!…

              

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En el cuento “Cruel historia de un pobre lobo hambriento”, del libro Sapo en Buenos Aires de Gustavo Roldán (Colihue, Libros del Malabarista, 1993). Aquí el autor se basa en la versión del cuento de Charles Perrault.
            





Es un texto cargado de críticas e ironías que  muestra  en como un sapo  observa a la ciudad y a las personas que en ella habitan, haciendo referencia al  modo de hablar, vestir, contar historias etc.     En lo que al texto de Caperucita Roja respecta se puede decir  que el    narrador  (Don Sapo) pone a consideración de su audiencia los animales  del monte,  dicha  historia,    mostrando siempre al lobo como la mayor víctima en esta historia.

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Siguiendo  con las parodias del cuento de Caperucita Roja podemos encontrar;  Siguiendo  con las parodias del cuento de Caperucita Roja podemos encontrar; “Pobre lobo”, que se encuentra en   el libro de cuentos Filotea, de Ema Wolf, con ilustraciones de Matías Trillo (Ed. Alfaguara, 2005).





Pobre lobo" es una recreación del cuento de Caperucita Roja, pero donde se invierten los roles: la pequeña apela a la razón para desmitificar al temible lobo cuestionando sus aspectos monstruosos y vinculándolos con la anormalidad y el mal gusto. El lobo, definitivamente avergonzado por su apariencia, huye deprimido frente a una Caperucita moderna y “psicologizada”. Una versión que, más allá del humor, plantea múltiples lecturas[1]



[1] file:///C:/Users/Administrador/Downloads/12456-guia-actividades-filotea.pdf



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Como así también  el libro Señorita Sálvese quien pueda, escrito e ilustrado por Philippe Corentin. 





“….Esta es la historia de una niña tan traviesa, tan traviesa, que todos la llamaban Señorita Sálvese quien pueda. Los animales de la granja la temían, su madre estaba harta de ella y, en general, sus bromas ya no le hacían gracia a nadie. Un día su madre la mandó a casa de la abuela, y allí se encontró a un lobo, al que le dio un buen susto. Divertido cuento, que da una vuelta de tuerca a la historia de Caperucita Roja, y en el que destacan, además de la personalidad de la terrible protagonista, unas ilustraciones de gran impacto y fuerza expresiva…”[1]



[1] http://comunidad-escolar.pntic.mec.es/631/bibli1.html

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Otra versión paródica del relato de Caperucita Roja se encuentra en el libro Cuentos en verso para niños perversos, escritos por Roald Dahl e ilustrados por Quentin Blake (Alfaguara, 2007) 




CAPERUCITA ROJA Y EL LOBO
Roald Dahl (Cuentos en verso para niños perversos)

Estando una mañana haciendo el bobo
le entró un hambre espantosa al Señor Lobo,
así que, para echarse algo a la muela,
se fue corriendo a casa de la Abuela. "

¿Puedo pasar, Señora?", preguntó.
La pobre anciana, al verlo, se asustó pensando:
"¡Este me come de un bocado!".
Y, claro, no se había equivocado:
se convirtió la Abuela en alimento
en menos tiempo del que aquí te cuento.
Lo malo es que era flaca y tan huesuda
que al Lobo no le fue de gran ayuda:
"Sigo teniendo un hambre aterradora...
¡Tendré que merendarme otra señora!"
. Y, al no encontrar ninguna en la nevera,
gruñó con impaciencia aquella fiera:
"¡Esperaré sentado hasta que vuelva
Caperucita Roja de la Selva!"
-que así llamaba al Bosque la alimaña,
 creyéndose en Brasil y no en España-.

Y porque no se viera su fiereza,
se disfrazó de abuela con presteza,
se dio laca en las uñas y en el pelo,
se puso la gran falda gris de vuelo,
zapatos, sombrerito, una chaqueta
y se sentó en espera de la nieta.

Llegó por fin Caperu a mediodía y dijo:
"¿Cómo estás, abuela mía?
Por cierto, ¡me impresionan tus orejas!".
"Para mejor oírte, que las viejas somos
un poco sordas". "¡Abuelita,
qué ojos tan grandes tienes!". "Claro, hijita,
son las lentillas nuevas que me ha puesto
para que pueda verte Don Ernesto
el oculista", dijo el animal
mirándola con gesto angelical
mientras se le ocurría que la chica
iba a saberle mil veces más rica
que el rancho precedente. De repente
Caperucita dijo: "¡Qué imponente
abrigo de piel llevas este invierno!".

El Lobo, estupefacto, dijo: "¡Un cuerno!
Palabras Malditas O no sabes el cuento o tú me mientes:
¡Ahora te toca hablarme de mis dientes!
¿Me estás tomando el pelo...? Oye, mocosa,
te comeré ahora mismo y a otra cosa".
Pero ella se sentó en un canapé
y se sacó un revólver del corsé,
con calma apuntó bien a la cabeza
y -¡pam!- allí cayó la buena pieza.

Al poco tiempo vi a Caperucita
cruzando por el Bosque... ¡Pobrecita!
¿Sabéis lo que llevaba la infeliz?
Pues nada menos que un sobrepelliz
que a mí me pareció de piel de un lobo
que estuvo una mañana haciendo el bobo.

            Lo paradójico en esta en este relato  es que la protagonista, en vez de preguntarle por sus dientes – como seria lógico_, le pregunta sobre su piel y termina matando al lobo y haciéndose un abrigo.   El final inesperado cambia los roles  entre  la víctima y el agresor.

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Otra parodia de este cuento es Lo Que No Vio Caperucita Roja: Texto E Ilustración Mar Ferrero .Ed Elvives




Esta versión del cuento de Caperucita Roja, posee unas ilustraciones muy ricas en detalles e imagines que  se complementan muy bien con lo que trasmite el relato, en ocasiones utiliza diversidad de colores, pero la gran mayoría de las veces están pintadas en escala de grises y color rojo. Hay cuatro narradores (Caperucita, su abuela, el lobo y los animalitos del bosque). Y ofrecen nuevas perspectivas de lo que sucedió tras el encuentro de la niña y el lobo. Caperucita y el lobo se cruzan en el bosque, el lobo le da indicaciones para llegar a casa de la abuelita y, por error, se queda con la cestita de comida de la niña. Toma un atajo para alcanzarla, pero los animales del bosque le dan una paliza. Cuando el lobo llega a casa de la abuelita, esta cuida de sus heridas y lo mete en su cama con uno de sus camisones. Caperucita llega y se sorprende ante el tamaño de sus ojos, sus orejas, sus dientes. El lobo se sorprende ante la pésima visión de la niña y la abuelita termina llevándola a la óptica, donde solucionan su problema de miopía con un par de anteojos.
En este video se pueden ver  las ilustraciones de este cuento

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 También   circulan varios libros álbum  que guardan estrecha relación con esta historia como;


Una caperucita Roja” de Marjolaine Leray, de la editorial Océano Travesía.









En este libro álbum   Caperucita Roja paseaba tranquilamente por el bosque cuando es capturada por el lobo, pero esta  niña  no se deja intimidar muy fácilmente.  Este libro álbum posee un estilo muy sencillo pero realmente expresivo en sus trazos,donde  reinventa la historia de Caperucita Roja, sorprendiéndonos enormemente con un final que no dejará indiferente a nadie. Marjolaine nos cuenta la historia de esta caperucita usando sólo el rojo para caperucita, el negro para el lobo y unos fondos vacíos y en blanco. Con unos trazos muy sueltos a nivel de garabato logra dar mucha personalidad a sus personajes. Los textos son muy cortos, como buen álbum ilustrado, pero son más que suficientes para que junto a las ilustraciones disfrutemos de otra versión de un  gran clásico como éste.
Adjunto algunas imágenes del cuento para que lo puedan observar también el libro se encuentra en internet  en formato pdf: https://www.google.com.ar/ gfe_rd=cr&ei=j_5mV8vlHqWB8QeJu4E4&gws_rd=ssl#q=libro+album+una+caperucita+roja




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“La Niña De Rojo  de  Aaron Frish –Roberto Innocenti- Traducción Carlos Heras Martinez. Kalandra Ediciones Andalucía, la misma apunta más a un público adolescente. 


Es una adaptación moderna del cuento de Caperucita Roja. Ya en la tapa se observa que no es una versión ingenua y que la historia puede adoptar otro giro. En este libro la imagen prima sobre el texto escrito y hasta en ocasiones otorga más información que el relato. Las ilustraciones pueden transmitir diversidad de emociones al lector y transportarlos a escenarios escalofriantes, mostrando a la ciudad como un ambiente peligroso, en donde la contaminación ambiental, el consumismo, la pobreza, la delincuencia, la marginalidad son moneda corriente. Las páginas están fraccionadas en diferentes viñetas cada una acompañadas de su texto tal como sucede en la historieta. En el cuento se pueden observar dos finales uno triste y desgarrador; como el del cuento de Charles Perrault. Y otro feliz como la versión de los hermanos Grim.

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 También encontramos Detective John Chatterton, escrito e ilustrado por Yvan Pommaux (ediciones Ekaré, Venezuela, 2000). 


“… Se trata de un  policial negro, combinadas con rasgos del cómic y del cine. En la versión citada, la acción transcurre en la oficina del detective, adonde llega una mujer pidiendo ayuda porque su hija ha desaparecido. La madre cuenta que la jovencita vestía toda de color rojo. El detective sale a investigar y va encontrando prendas de ese color a lo largo del recorrido nocturno que hace por la ciudad. De esta manera, Chatterton llega a la casa del raptor, un coleccionista de obras de arte sobre lobos, quien la ha secuestrado para pedir el cuadro "Lobo azul sobre fondo blanco " que posee la madre. Finalmente, el detective salva a la niña y recibe como premio el cuadro que deseaba el coleccionista. Pommaux plantea un mundo fantástico, donde conviven seres humanos (la madre y la niña) con animales humanizados (Chatterton es un gato y el raptor coleccionista es un lobo). Es interesante observar cómo el autor ha transformado el strip tease de la antigua versión oral en un recurso propio del género policial, utilizando las prendas que la niña ha ido perdiendo como las pistas para resolver el caso. Notable, además, porque lo hace recurriendo a un género poco frecuentado en la literatura infantil….”[1]



[1] http://www.imaginaria.com.ar/17/7/caperucita-roja.htm

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Otro que se  puede mencionar es  En el bosque, escrito e ilustrado por Anthony Browne (Fondo de Cultura Económica, México, 2004). 




 En este relato se narra la historia de un niño que tiene que visitar a sus abuela porque está enferma, y si bien su madre le recomienda que vaya por  camino más largo para que no atraviese el bosque, el elije la segunda opción para  ir más rápido y encontrarse con su padre a su regreso.
En el trayecto este Caperucito  pasa por distintos escenarios en los que se encuentra con varios personajes de los cuentos tradicionales,   que  le resuenan a las historias que le ha contado  su abuela.  Cuando se adentra en el bosque siente mucho frio y se pone una capa roja. Finalmente llega a la casa de  su abuela  en la que también está  su padre  con el que regresa al hogar.
En este cuento en todo momento se  conjugan las ilustraciones y el texto  para aportar  significado,  sin omitir detalle alguno

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Las ilustraciones también permiten hacer una  lectura distinta  del  texto  ya que  condiciona mucho el significado que se le atribuye al relato.  

 Ello se puede ejemplificar con; La Caperucita Roja, texto original de Charles Perrault, ilustraciones de Leicia Gotlibowski (Ediciones del Eclipse, Buenos Aires, 2007).




En los siguientes videos del canal Encuentro la ilustradora Leicia Gotlibowski comenta en que se inspiraron sus ilustraciones


 Parte 1




Parte 2


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También en  el texto de Caperucita Roja, texto de Charles Perrault, ilustraciones de Sarah Moon (Ediciones Generales Anaya, Madrid, 1984) 




“…En este libro el uso de la fotografía en lugar del dibujo borra el distanciamiento y presenta con mayor crudeza el desarrollo del relato. El escenario del bosque es reemplazado por un paisaje urbano, nocturno, atemorizante, generado por las imágenes en blanco y negro. La figura sugerida del lobo adentro del auto negro es amenazante. El libro se cierra con una fotografía de la cama vacía, con las sábanas revueltas vista desde arriba. En estas tres versiones, la ilustración, la lectura y el sentido que le atribuimos a esa ilustración influye en la interpretación, en la sensación de la historia…”[1]



[1] SAGUIER Alejandra Literatura infantil -  Unidad 7; Los libros y los chicos: nuevas narrativas.
Cuentos tradicionales y versiones UNSAM; Universidad  Nacional San Martín. 2016.
    


[1] SAGUIER Alejandra Literatura infantil -  Unidad 7; Los libros y los chicos: nuevas narrativas.
Cuentos tradicionales y versiones UNSAM; Universidad  Nacional San Martín. 2016.




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